DIARIO DE UN ECOLOGISTA - Momentos para discrepar

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martes, 15 de enero de 2013

DIARIO DE UN ECOLOGISTA

No todas las cosas tienen solución; y ni tan siquiera tienen por qué tenerla: esa no es la cuestión. La cuestión consiste en actuar como si las cosas tuvieran siempre solución. Esta es la única manera de mantener a la sociedad en un permanente estado de cambio y evolución.
¡Actuar! Siempre actuar; en cualquier campo, de cualquier forma o modo, como si fuéramos semilla que germinará si se siembra en el terreno abonado. Y serán los nuevos retoños los que a su vez seguirán actuando como si las cosas tuvieran solución.
Mariano Velasco intenta transmitir con esta obra una nueva forma de ver y analizar las cosas, un criterio de acción y una toma de posicionamiento ideológico frente a los problemas ecológicos. Si bien trata de hacerlo desde la perspectiva de un ejemplo concreto derivado de su propia trayectoria de actuación.

Razones para leer la obra:
  • Una cronología de un desastre ecológico derivado de una ineficaz gestión: la acontecida sobre las emblemáticas lagunas de Ruidera y Tablas de Daimiel, contada desde la perspectiva de un ciudadano observador. 
  • Una descripción del despertar de la conciencia al mundo ecologista de una forma lógica y natural: la constatación de la destrucción del patrimonio natural que siempre rodeó al autor.
  • La insistencia en la necesidad de acción como modo de resistencia y oposición frente a los problemas medioambientales y ecológicos.
  • Una lectura fácil, amena y sencilla que no dejará indiferente al lector.

Biografía del autor: 


Mariano Velasco Lizcano, es doctor en Ciencias Políticas y Sociología (UNED). Ha realizado numerosos cursos universitarios sobre Medio Ambiente y Educación Ambiental. Es un profesional apasionado por el trabajo bien hecho, circunstancia que siempre le ha guiado al emprender cada proyecto a fin de llevarlo hasta el final con un empeño y dedicación exquisita. Autor de numerosos trabajos ("Colores y Silencios", "Cuentos históricos"; con la serie "España en guerra" inició un camino lleno de investigación y narración literaria que, enriqueciéndose mutuamente, forjaron sus novelas históricas: “Guerrilleros” "Carne de cañón" "Morir en Marruecos" y "Odio en las venas". Fue fundador de la Asociación Ecologista para la defensa del acuífero 23, y cofundador de la "Asociación Ojos del Guadiana Vivos". Sus trabajos le han llevado a ganar numerosos premios.

Reseña de la obra:

En el año 1973, en la Mancha de Ciudad Real, la administración del Estado propuso un cambio de paradigma en el modelo de desarrollo agrario que había venido siendo tradicional: los cultivos cerealistas y viñedos de secano deberían ser sustituidos por cultivos intensivos de regadío con base en las aguas subterráneas del acuífero 23. Ello posibilitaría, según los mentores políticos del momento, el inicio de una nueva etapa de modernización que garantizaría el poblamiento y el bienestar de los pueblos rurales sitos en la comarca ciudadrealeña de la Mancha occidental. Como consecuencia, en el lapso de 1974, y hasta 1991, los niveles del acuífero 23 descendieron en más de cuarenta metros, ocasionando con ello la destrucción casi absoluta de un sistema ecológico —el de la Mancha húmeda—, que desde hacía milenios se había venido manteniendo de forma natural. Más de veinte mil hectáreas de humedales, cursos de aguas superficiales, acuífero subterráneo y sistemas ecológicos de extraordinario valor se perdieron en gran parte, cuando no desaparecieron de forma total. Ante ello las distintas administraciones del nuevo Estado constitucional debieron actuar. En 1986 se promulgó la nueva Ley de Aguas, norma que nacía con la vocación de publicitar el conjunto de las aguas —superficiales y subterráneas— del territorio nacional, mientras que la administración autonómica disponía medidas de urgencia para tratar de proteger aquello que aún fuera susceptible de poderse recuperar. De este modo, en 1991 se reguló por primera vez mediante Ley, el consumo del agua subterránea que se podría utilizar en los regadíos. Con ello se intentaba adaptar el modelo de desarrollo implementado durante las décadas anteriores a un modelo sostenible en lo agrario y medioambiental. Lo que ocurrió, empero, es que se produjo un enfrentamiento absoluto y total entre regantes y administración que desató la denominada «guerra del agua», un problema que con diferentes fases y grados de nivel ha llegado hasta el momento actual sin que pueda decirse que ha sido superado en su totalidad. Diario de un ecologista viene a recoger los sucesos que acaecieron en los dos primeros años —desde julio de 1991, hasta julio de 1993— en Alcázar de San Juan y su comarca natural. El inicio y formación de las comunidades de regantes, los enfrentamientos políticos y sociales por el control del agua y del poder, y el desarrollo de la tragedia ecológica que como consecuencia pudo suceder. En definitiva, una historia local que conviene conocer. Porque aunque no todas las cosas tienen solución, y ni tan siquiera tienen por qué tenerla, la cuestión consiste en actuar como si las cosas tuviesen solución. Y esa es la única manera de mantener a la sociedad en un permanente estado de cambio que facilite el avance hacia el progreso y la evolución. He aquí la razón de volver a escribir y realizar esta nueva publicación sobre ese «viejo tema» de la sobreexplotación de los acuíferos manchegos y la tragedia ecológica sobrevenida a colación. Algo que desde luego pensaba que nunca más volvería a hacer: ¡Está visto que en la vida nunca existen absolutos finales, por mucho que uno busque o pretenda esa intención!

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